Desde su introducción en 1988, los sistemas RAID de discos duros se han consolidado rápidamente en el mundo de la informática gracias a su elevada tasa de transferencia, velocidad de lectura/escritura y resistencia a fallos. Sin embargo, este tipo de almacenamiento no es infalible.
Los daños en el hardware, un error en la programación de la tarjeta controladora, el deterioro de sus componentes internos o la eliminación accidental pueden comprometer la información almacenada en sus unidades. Por fortuna para los afectados, existen métodos que permiten recuperar datos de un RAID de manera satisfactoria.
¿Qué es un sistema de almacenamiento RAID?
El funcionamiento de una RAID se basa en el uso interconectado y coordinado de múltiples discos duros o SSD, para escribir y leer datos con mayor rapidez que una unidad aislada, incrementando además su seguridad. Por tanto, este sistema, cuyas siglas provienen de Redundant Array of Independent Disks, sigue la máxima de «no poner todos los huevos en la misma cesta».
Esta diversificación permite salvaguardar cantidades ingentes de datos en caso de que uno o más unidades de almacenamiento experimenten fallas, ciberataques u otros incidentes. Aunque en origen fue una alternativa económica al sistema SLED (Single Large Expensive Disks), hoy son la opción preferencial en empresas e instituciones públicas.
Los tipos de RAID se clasifican numeralmente dependiendo de su configuración, velocidad de escritura y lectura o grado de protección. Las más utilizadas son la RAID 0, que distribuye la información en dos o más discos sin información de paridad; la RAID 1, que efectúa un duplicado de la información en dos o más discos, motivo por el que recibe el nombre de disk mirroning; y la RAID 5, que aumenta el número de discos sin límite, empleando sólo uno de ellos para realizar el duplicado de la información. También es posible encontrar soluciones de RAID 0+1, 2, 3, 6, 10 o 30.
La seguridad, aun siendo su mayor fortaleza, no impide que los sistemas RAID puedan experimentar daños y fallas que imposibiliten el acceso a la información almacenada, ocasionando su ilegibilidad temporal o pérdida definitiva. No obstante, este último destino puede evitarse en la mayoría de los casos.
Principales métodos para recuperar la información de un disco RAID
Contrariamente a lo que sucede con los dispositivos de almacenamiento doméstico, la recuperaración de datos de un RAID es una tarea al alcance sólo de profesionales debido a su tecnicidad. Para lograrlo, se recurre a dos métodos de eficacia demostrada: (1) la conexión de unidades RAID a equipos externos de apoyo y (2) el uso de softwares especializados en rescatar archivos de unidades RAID dañadas. Ninguna de estas soluciones es infalible, pero cuentan con un alto porcentaje de éxito.
En primer lugar, una forma relativamente simple y económica de restablecer el acceso a la información de unidades RAID consiste en desvincularlas de su equipo informático original y conectarlas a un equipo secundario o de emergencia. Si el hardware de la RAID no presenta daños físicos, el usuario podría realizar una copia integral de los datos alojados en sus unidades. En ocasiones, el duplicado sólo es parcial, y una parte de la información permanece inaccesible, no siendo viable recuperar los datos RAID 0, 1, 5, etcétera, en su totalidad.
Reconstruir una RAID 1 sin perder datos también es factible con ayuda de programas especializados. Su interfaz, aunque menos sencilla e intuitiva que las aplicaciones dirigidas al mercado doméstico, permite recuperar el contenido de una RAID sin conocimientos técnicos avanzados. Claros ejemplos son Stellar Data Recovery, GetDataBack Pro Data Recovery, DiskInternals RAID Recovery y ReclaiMe Free RAID Recovery.
Lógicamente, determinados programas son de uso exclusivo del público profesional, bien por su complejidad, bien por su precio elevado, como sucede con algunas de las herramientas de informática forense más utilizadas.
¿Por qué fallan o se pierden datos en discos RAID?
Estos métodos eficaces para recuperar un disco RAID son un recurso útil cuando una o varias unidades experimentan, por ejemplo, daños físicos. Si estos se producen a nivel interno, afectarán a componentes esenciales como el cabezal, el servomotor o los preamplificadores, fáciles de sustituir por repuestos de la misma marca y modelo.
De mayor complejidad son los daños externos, que pueden consistir en la rotura o error de programación de la tarjeta controladora, cuyo firmware dedicado es más difícil de restablecer por contener información única. En general, cualquier mala práctica del hardware (golpe, desplazamientos bruscos, etcétera), puede ocasionar alteraciones drásticas en su funcionamiento.
Adicionalmente, los cortes en la energía eléctrica, el contacto con el agua, el deterioro de la pila de la controladora o el desgaste de los sectores del disco son fuente de problemas para el sistema RAID. Estas amenazas, en su mayor parte, son perfectamente evitables, pero otras obligarán a poner en práctica un plan de contingencia, a fin de minimizar su impacto en la actividad de la organización.